La modernidad del panorama automotriz gana espacio en el entorno cubano, acompañada de la historia que aportan los miles de vehículos antiguos que convierten las calles de la isla en un verdadero museo rodante.
La amplia gama de coches incluye modelos como Ford 1930, Crown Victoria 1955 ó Thunderbird 1957, además de Cadillac, Mercury Monterrey, Lincoln Continental, Plymouth Fury y Chevrolet Impala, entre otros, por solo citar algunos.
Por toda Cuba se pueden encontrar autos clásicos en un estado envidiable, en su inmensa mayoría con una historia familiar enriquecida cuando menos desde hace 40 años.
En el decursar del siglo XX, los viales capitalinos -en especial el Malecón habanero- sirvieron de sede a tradicionales carreras de autos, acompañadas de espectaculares y trágicos accidentes y de hechos vinculados con la historia del proceso independentista de la isla.
En el largo camino de la historia del transporte automotor en la mayor de Las Antillas queda la huella de miles de vehículos en sus calles, muchos con más de 60 años en sus espaldas, y que se muestran ante los transeúntes -nacionales y foráneos- en todo su esplendor.
Ese es uno de los misterios con los cuales se tropiezan los visitantes extranjeros al arribar al país, pues casi nadie se explica el milagro de aquellos conductores y propietarios para mantener en sus condiciones originales a autos cuyas partes ya no se fabrican.
La realidad es simple, los dueños atienden a sus coches como una especie de criatura, les brindan los cuidados más estrictos y reaccionan ante cualquier anomalía, todo ello válido para conservar un patrimonio que ya ocupa su lugar en la historia cubana.
Incluso para el turismo, junto a los modernos autos de las más diversas firmas de renombre mundial, operan entidades como la división de autos antiguos Grand Car, cuyos integrantes pueden verse en los hoteles, atentos y orgullosos de su aval a la espera de los clientes.
La vida moderna impone su ritmo, cada vez en mayor cantidad vehículos de reconocidas marcas -Mercedes Benz, Nissan, Hyundai, BMW, Audi, Citroen y Toyota, entre otras- se observan en los viales del país, en concordancia con las necesidades del turismo y de la economía nacional.
Sin embargo, los autos clásicos conservan sus posiciones y como parte de los programas para destacar sus cualidades se organizan desfiles periódicos y ya en varias ocasiones una especie de carrera que enlaza a La Habana con el balneario de Varadero.
Además, los recorridos turísticos en coches descapotables constituyen un elemento casi obligatorio en cualquier programa recreativo para los visitantes extranjeros en el país.
El creciente flujo de visitantes internacionales y la periódica llegada de cruceros representan un desafío para los autos antiguos, tomando en cuenta la demanda que generan esas actividades.
Por el momento, la ingeniosidad de los cubanos mantiene en funcionamiento a vehículos de más de 60 años, incluso con una apariencia muy similar a la de un coche recién fabricado.