El sector turístico cubano, interesado en diversificar la oferta como incentivo para la afluencia de visitantes, tiene en la naturaleza a un componente esencial en la nueva estrategia de la industria del ocio.
El acercamiento al entorno desde una opción de playa o ciudad añade además valor al producto turístico, apoyado en el creciente interés de los visitantes en conocer la realidad de los campos cubanos y disfrutar de un medio casi virgen que llama sin cesar a la aventura.
Para ello, se organizan de manera periódica foros especializados como el Evento Internacional de Turismo de Naturaleza (TURNAT), que en su edición del 2017 tiene como escenario al oriente de la isla.
Reservas naturales, de la biosfera, paisajes naturales, parques nacionales y áreas protegidas conforman una extensa red de ofertas, marcada por su riqueza, excelente conservación y características únicas que la distinguen en la región.
Asimismo, la estrategia en esta modalidad es ambiciosa, pues los objetivos apuntan a lograr el arribo de miles de vacacionistas, apoyado en la infraestructura de más de un centenar de senderos especializados y recorridos, a cargo de las principales compañías del sector en la isla.
La mayor de Las Antillas dispone de un Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) que agrupa a esas zonas en las categorías de Significación Nacional, Local y Regiones Especiales de Desarrollo sostenible.
Asimismo, está vigente un plan para el periodo 2014-2020 en el que se atienden 77 Áreas Protegidas de Significación Nacional, y 134 de Significación Local, para un total de 211 Áreas Protegidas Identificadas.
El país dispone también de 14 parques nacionales, 25 reservas ecológicas y seis reservas de la biosfera, unido a una fauna que cuenta con unas 16 mil 500 especies.
Una de las plazas fuertes de esa variante se localiza en el Valle de Viñales, ubicado en la occidental provincia de Pinar del Río, con sus peculiares formaciones de mogotes, elevaciones de paredes verticales y cimas redondeadas que en ocasiones superan los 400 metros de altura.
Mientras, hacia el centro y sur de la isla se localiza la Ciénaga de Zapata, con unos cinco mil kilómetros cuadrados de extensión y considerada el mayor humedal del Caribe, la cual acoge además a más de mil especies de la flora y un criadero de cocodrilos que ostenta ya renombre internacional.
El salto de agua del Caburni, con sus 64 metros de altura, la cueva de Martín Infierno y su estalactita de más de 60 metros -entre otros atractivos- esperan a los turistas que arriban a la región central de la isla, con el más importante sistema montañoso de esa zona en el Escambray.
A su vez, en el oriente, las mayores alturas del país en la Sierra Maestra marcan la riqueza del Parque Nacional de igual nombre, donde las historias, leyendas y las tradiciones más autóctonas están presentes junto a una naturaleza de espléndida belleza.
La industria cubana del ocio, en franca expansión, recuerda en su avance las palabras del almirante Cristóbal Colon al arribar hace más de cinco siglos a la isla, donde extasiado por su belleza afirmó que era "la tierra más hermosa que ojos humanos han visto".