El Valle de Viñales, Patrimonio Natural de la Humanidad, se erige en una oferta única para el ocio en la mayor de Las Antillas, con una geografía que despierta el interés de los visitantes.
Con 132 kilómetros cuadrados de extensión, es además el exponente más destacado de los valles cársicos de la mayor de Las Antillas, rodeado de esas singulares elevaciones de cimas redondeadas y formas atípicas llamadas mogotes.
Entre los elementos característicos de Viñales destaca el llamado Mural de la Prehistoria, creado en 1959 por el pintor Leovigildo González Morillo, alumno del destacado muralista mexicano Diego Rivera.
Este elemento se localiza en uno de los mogotes, y es una de las pinturas a cielo abierto más grandes del planeta, pues mide 120 metros de alto por 180 metros de ancho.
Dibujado a pincel entre rocas del período jurásico, cuenta con un sistema de drenajes diseñado por el autor que evita la acumulación de agua entre las piedras.
La misma representa la evolución de la vida del hombre y de los animales en esta región de Cuba, pues muestra figuras humanas, mamíferos gigantescos como los grandes osos, moluscos y reptiles marinos mesozoicos.
Todos estos elementos componen un conjunto de 12 piezas de gran colorido, azul, rojo, verde y amarillo, en un proyecto que necesito como primera fase la limpieza total de la capa vegetal.
El paso del tiempo se ha visto imposibilitado de eliminar esos atractivos, que cada año despiertan la atención de miles de visitantes que acuden a contemplar las imágenes de plesiosaurios y el megalonus rodens, plasmadas en el lugar con singular maestría. Asimismo, la flora del lugar cuenta con 17 variedades endémicas imposibles de encontrar en otras partes del planeta, entre ellas la palma corcho, considerada como un fósil vegetal que data del Jurásico.
Asimismo, el territorio del valle cuenta con el interesante aporte de numerosos sistemas cavernarios, donde destacan las cuevas del Indio -atravesada por el Río San Vicente-, de José Miguel y el sistema de Santo Tomás, este último calificado entre los más extensos de América Latina, con unos 45 kilómetros de galerías.
El poblado de Viñales, localizado en el corazón del valle, se presenta como un tradicional sitio de asentamiento de agricultores, con su calle principal flanqueada por galerías de columnas y casas de tejas rojas.
El desarrollo socio-histórico de la región contiene elementos y sitios característicos de la cultura del pueblo cubano -con antecedentes aborígenes, esclavos y campesinos-, todo ello moldeado en las características únicas de ese paisaje natural.
Incluido en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, el Valle de Viñales es a la vez un verdadero Monumento Natural de Cuba, que se abre a la vista de los miles de vacacionistas que optan por el contacto directo con la naturaleza en su recorrido por el archipiélago.
Precisamente, esas condiciones colocan al emblemático lugar entre los sitios recomendados para visitar en el 2018, según las evaluaciones de publicaciones especializadas en turismo.