El archipiélago cubano, destino turístico por excelencia en el Caribe, aprovecha al máximo los atractivos para el ocio que van más allá de la llamada isla grande.
Una parte importante de la actividad está en los numerosos islotes que conforman la geografía cubana, los cuales se integran en la cartera de ofertas con opciones de relevancia gracias al perfecto estado de conservación de sus playas.
La mayor de Las Antillas incluye entre sus objetivos la diversificación del turismo y trabaja para mostrar nuevas atracciones en espacios como la historia, cultura, arquitectura, senderismo, turismo de naturaleza y de ciudad.
Para ello, se prevén ampliar la cantidad de marinas y náuticas en el país, así como, construir nuevos campos de golf e inmobiliarias.
En esa dirección destaca Cayo Santa María, cercano a la central provincia cubana de Villa Clara y convertido en un sitio que despierta el interés de miles de visitantes cada año, además de ser la sede de la Feria Internacional del Turismo en el 2018.
Con 18 kilómetros cuadrados de superficie y al menos una decena de kilómetros de playas, Cayo Santa María surge como una opción de peso en la agenda turística cubana al ser de fácil acceso mediante una carretera sobre el mar denominada pedraplén.
La celebración del certamen lo convertirá en un relanzamiento de ese destino turístico para impulsar su comercialización, tomando en cuenta el creciente interés de los vacacionistas por la isla.
Además, para los visitantes están disponibles playas de nombres sugestivos como Perla Blanca, Las Caletas, Cañón y Cuatro Puntas, complementadas con un entorno que invita a disfrutar de un refrescante baño de mar.
Propuestas de instalaciones hoteleras con categorías de cuatro y cinco estrellas destacan en las ofertas de Cayo Santa María, convertido en un destino turístico en plena expansión.
A este destino se puede acceder a través de una carretera construida sobre una base de rocas depositada sobre el fondo marino, con una longitud de 48 kilómetros desde las cercanías del pueblo de Caibarién.
Esa obra de ingeniería suma 46 puentes diseñados para mantener el flujo normal de las aguas y fauna marina y no provocar daños a los ecosistemas marinos y terrestres.
Cabe destacar que en el diseño y la construcción de todos los hoteles se han seguido rigurosos lineamientos de planeamiento para afectar al mínimo el entorno natural e integrarlos al paisaje de la mejor manera posible.
Para los expertos, el islote es visto además como un destino ecológico, pues por su exuberante vegetación e importancia fue declarado por la UNESCO como Reserva de la Biosfera.
En tal sentido, dispone de una exclusiva diversidad de especies en flora y fauna, muchas de ellas endémicas de Cuba.
Unido a ello, se localizan también vestigios de culturas precolombinas en cavernas cercanas a las playas, acompañados de hermosos paisajes subacuáticos para deleite de los inmersionistas.