La ciudad de Camagüey, capital de la provincia cubana de igual nombre, encierra en sus espacios importantes valores patrimoniales, marcados por la diversidad y el impacto de casi cinco siglos de historia, desde la época colonial hasta nuestros días.
Surgida con el nombre de Villa de Santa María del Puerto del Príncipe en la bahía de Nuevitas, es llamada también "la ciudad de los tinajones" y ostenta como elemento peculiar a esos enormes recipientes de barro cocido, utilizados siglos atrás para almacenar el agua de lluvia.
Asimismo, la urbe muestra una mezcla de modernismo con historia, en un entorno donde las nuevas edificaciones se interrelacionan con aquellos atractivos históricos que brindan la personalidad a la urbe.
Entre los elementos relevantes figura precisamente la iglesia Nuestra Señora de la Soledad, inmueble que data del siglo XVII.
El local, ubicado en la Plaza del Gallo, cuenta con notables atractivos en su diseño, puertas y ventanas que conforman fachadas con los elementos vernáculos característicos de las construcciones camagüeyanas de la época.
La iglesia archiva importantes acontecimientos, entre ellos el bautizo de Gertrudis Gómez de Avellaneda, una de las más importantes poetisas del siglo XIX.
En cuanto a la estructura interior, la iglesia Nuestra Señora de la Soledad está compuesta por atrio, baptisterio, despacho, nave central, dos laterales, presbiterio, habitación y sacristía.
Como elemento peculiar tres de los Hoteles Encanto, que ostentan la categoría cuatro estrellas -Camino de Hierro, Santa María y la Avellaneda- colindan con la Iglesia Nuestra Señora de la Soledad, espacio de obligada visita para los interesados.
La Soledad se levanta en una de las doce plazas históricas de la villa de Santa María del Puerto del Príncipe y forma parte del segmento declarado por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Más cercanos a nuestros días es el Teatro Principal – edificado en 1850 – abundante en mármol y cristal, en tanto el siglo XVIII nos legó la iglesia de La Merced, donde los visitantes tropiezan con un Santo Sepulcro elaborado en plata, la mayor pieza de ese tipo en el país.
La exuberancia de la flora cubana tiene su espacio en el Casino Campestre, el parque urbano más grande del interior del país, lugar para la reflexión y el esparcimiento espiritual, poblado de estatuas que honran a personalidades de la historia nacional.
Pilar de la cultura cubana, esta ciudad que vio nacer en 1628 la obra literaria Espejo de Paciencia, la primera escrita en Cuba, tiene también el mérito de ser la cuna del Poeta Nacional Nicolás Guillén y de un numeroso grupo de reconocidos escritores.
Camagüey se erige como una urbe con templos de una sola torre, fachadas con guardapolvos y pilastras, ventanas con artísticos enrejados, casas de portales interiores y techos de rojas tejas, todo ello ubicado en un verdadero laberinto de callejones.
Las calles evidencian un comportamiento caprichoso de sus creadores, pues mantienen su trazo recto apenas en tramos cortos, para después tomar las más diversas orientaciones y conformar incluso triángulos o cerrarse en una de las innumerables plazas de la antigua villa.