La Habana, principal núcleo urbano de la mayor de Las Antillas, concentra la atención de turistas nacionales y extranjeros gracias a sus diversos atractivos.
Museos especializados, galerías de arte, teatros, centros comerciales, hoteles y hostales se dan la mano en la ciudad, favorecida además por la diversidad arquitectónica acumulada desde su surgimiento.
Además, la urbe encierra un amplio espectro de estilos constructivos que le otorgan además valor patrimonial, al mezclar construcciones que incluyen elementos del barroco, neogótico, neoclasicismo, eclecticismo, art noveau y el movimiento moderno.
Cerca de 140 de las edificaciones localizadas en el centro histórico de la capital cuentan con un origen que se remonta a los siglos XVI y XVII, otras 200 al XVIII y más de 460 al XIX, conformando así una mezcla plena de atractivos para los gustos más exigentes.
Numerosas plazas se localizan en la geografía de La Habana, con especial destaque para aquellas conocidas como de Armas, de la Catedral, la llamada Plaza Vieja y la de San Francisco de Asís, esta última aledaña a la iglesia y el convento de igual nombre.
En ese entorno destacan proyectos ejecutados antaño, entre ellos el que llevó a la Alameda de Paula, el paseo más antiguo de la capital de la isla.
Considerado el primer paseo de la ciudad, su terminación se sitúa en 1776 cuando se convirtió en un verdadero espacio social y cultural de La Habana, construida por Antonio Fernández Trebejo bajo las instrucciones del Capitán General Don Felipe Pons de la Viela, Marqués de La Torre.
Al inicio se componía de un terraplén adornado con dos hileras de álamos y bancos de piedra, calificado como un agradable entretenimiento para los vecinos de la Villa de San Cristóbal, carentes de sitios de recreo en aquel entonces.
Hacia 1847 se le incorporó una fuente de mármol cargada de ornamentos, fecha que marca además el surgimiento en los alrededores del paseo de numerosos palacetes devenidos tesoros de la arquitectura cubana.
Cabe mencionar que el nombre de la Alameda procede de su proximidad con el antiguo hospital de San Francisco de Paula, cuyas obras comenzaron en 1664 junto a una iglesia aledaña, que con el paso del tiempo fue también bautizada con la misma denominación.
En 1730, un huracán que azotó a la capital provocó la destrucción de ambas edificaciones, tras lo cual fueron reconstruidas con similar función y estilo arquitectónico barroco, hasta que con el decursar de los años fue demolido el hospital y una parte de la iglesia hacia 1946.
La Alameda de Paula constituye uno de los puntos de paseos en La Habana Vieja que con más frecuencia eligen los turistas extranjeros en busca de descansos vinculados con la cultura y la historia de Cuba.
Ese recorrido o Paseo es muy popular en la ciudad, sobre todo ahora que la capital cubana está próxima a celebrar sus 500 años (16 de noviembre de 2019).
De ahí que muchas personas, además de sus programas y paquetes turísticos, quieren emplear tiempo en caminar y conocer lugares interesantes, como es el caso de la Alameda y la iglesia de Paula, cerca del mar.