La mayor de Las Antillas, plaza fuerte para el turismo en el Caribe, tiene en la opción de salud un elemento capaz de atraer a miles de visitantes cada año, interesados en elevar la calidad de vida.
La industria del ocio combina las tradicionales propuestas de sol y playa, cultura, aventuras y naturaleza con la infraestructura necesaria para convertir los periodos de vacaciones en un mecanismo eficaz con vistas a mejorar la salud de los propios visitantes.
En efecto, la isla tiene el respaldo de miles de profesionales, equipamiento de última tecnología y decenas de centros especializados, unido a programas de medicina tradicional y natural.
Ese último procedimiento, llamado además medicina alternativa o complementaria, toma como base para su desarrollo aquellas experiencias y prácticas transmitidas de generación en generación y que llegan con fuerza hasta nuestros días.
Asimismo, constituye una opción para el tratamiento efectivo de las más diversas dolencias, sin tener que acudir a formulaciones químicas de origen sintético y que muchas veces tienen efectos secundarios molestos en extremos para determinadas categorías de enfermos.
La aplicación de esos procedimientos se sustenta en la existencia de una red de laboratorios encargados de procesar materias primas de origen natural para la elaboración de jarabes, linimentos, extractos fluidos, talcos, tinturas y digestivos, entre otros productos excelentes para combatir distintas afecciones.
Clínicas internacionales, farmacias, ópticas y entidades especializadas en el mejoramiento de la calidad de vida establecidos en los principales destinos turísticos del país favorecen esta modalidad de ocio.
Además, más de 280 hospitales, cuatro centenares de policlínicas, 116 centros estomatológicos y unos mil 500 establecimientos diversos se integran en una extensa red lista para responder a los más complejos requerimientos de la salud humana
En esa propia dirección se suma la participación de los servicios médicos cubanos en eventos de turismo de salud y calidad de vida como la 18 Feria Internacional de Turismo Termal, de Salud, Bienestar y Calidad de Vida, con sede en Brasil.
Asimismo, está disponible La Ruta de las Aguas en Cuba, la cual pone a disposición del turista las bondades de los recursos termales y minero medicinales, certificados científicamente en la isla, y garantiza la atención de profesionales de la salud.
Los balnearios de aguas medicinales de la isla califican entre las opciones preferidas por vacacionistas procedentes de naciones de América y Europa, interesados en combinar el ocio con la calidad de vida.
En la occidental provincia de Pinar del Río destaca San Diego de los Baños, con una fama que se remonta a 1632 y llega hasta nuestros días, apoyado en el empleo de procedimientos de acupuntura, fangos medicinales, apiterapia y fármacos de origen natural.
A su vez, en La Habana y sus alrededores están las aguas mineromedicinales de composición bicarbonatada cálcica y sódica, sulfuradas y silíceas, en los balnearios de Santa María del Rosario y Madruga, respectivamente, con una adecuada infraestructura turística, playas y clima marítimo.
Mientras, en el centro de la isla se localiza Elguea, cuyas aguas muestran un elevado contenido de minerales, además de ser sódicas, brómicas y débilmente sulfuradas, con una temperatura promedio de 45 grados Celsius y un caudal que alcanza los 25 litros por segundo.