La capital cubana, principal núcleo urbano del archipiélago e importante destino para el turismo, encierra en su geografía un amplio espectro de atractivos para todos los gustos de los vacacionistas, nacionales y foráneos.
Conocida como la villa de San Cristóbal de La Habana, es uno de los más fieles exponentes de la arquitectura colonial de la isla, marcada por una notoriedad que comenzó desde fines del siglo XVI, con características propias aunque con una fuerte influencia ibérica.
Su sistema de fortalezas, con el emblemático Castillo de Los Tres Reyes del Morro, abarcó nueve grandes construcciones para constituir -a decir de los expertos- el conjunto más notable de su tipo en la América hispana.
Entre esas obras, el Castillo de la Real Fuerza (concluido hacia 1577) abrió el camino en el continente al diseño renacentista en las construcciones militares, con un estilo que predominó en España en época de los Reyes Católicos y fue llamado también isabelino.
Cerca de 140 de las edificaciones localizadas en el centro histórico de la capital cuentan con un origen que se remonta a los siglos XVI y XVII, otras 200 al XVIII y más de 460 al XIX, conformando así una mezcla plena de atractivos para los gustos más exigentes.
Los inmuebles más altos de la urbe se localizan en El Vedado, así como una buena parte de los restaurantes, bares, centros nocturnos, grandes tiendas, principales cines y teatros, unido a un segmento importante de la vida cultural de la ciudad.
También resalta el paseo marítimo del Malecón que recorre todo el litoral de Centro Habana y el Vedado, flanqueado por un muro de cerca de un metro de ancho y que se extiende por alrededor de 12 kilómetros desde La Punta en la entrada de la bahía de La Habana hasta el túnel en el río Almendares en los límites del Vedado y Miramar.
Unido a ello destaca el Cementerio de Colón, famoso por su arquitectura funeraria y monumentos en los que el mármol de Carrara, el granito y los vitrales se han utilizado con profusión.
Otro sitio para mencionar es la Quinta de los Molinos, construida como residencia veraniega de los Capitanes Generales en la década de los años 30 del siglo XIX.
Numerosas plazas se localizan en la geografía de La Habana, con especial destaque para aquellas conocidas como de Armas, de la Catedral, la llamada Plaza Vieja y la de San Francisco de Asís, esta última aledaña a la iglesia y el convento de igual nombre.
La ciudad conserva también rasgos distintivos como el famoso Paseo del Prado y la conocida Alameda de Paula, esta última construida en la segunda mitad del siglo XVIII, ambos sitios de obligado tránsito para los pobladores capitalinos de aquellos tiempos.
En los espacios de la urbe se dan la mano edificaciones que representan desde el renacentismo hasta el art deco, pasando por el mudéjar, barroco, neoclasicismo, eclecticismo, art nouveau y el barroco cubano.