El occidente del archipiélago cubano tiene en la provincia de Artemisa, activa desde el 2011, a uno de los más jóvenes protagonistas de la industria del ocio, pleno de atractivos para el turismo.
Integrada por ocho municipios de La Habana y tres de Pinar del Río, es la decimotercera del país en cuando a extensión y oncena por la población, con poblaciones de amplia historia como Alquízar (1616) y Guanajay (San Hilarión de Guanajay, 1650).
Artemisa cuenta con un área agrícola de 272 mil 849 hectáreas, 68,1 por ciento del territorio, lo cual le permite producir alimentos para satisfacer su demanda y apoyar a la capital. Además, cuenta con el Mariel, un sitio de perspectiva de alto desarrollo portuario e industrial.
La mayor elevación es el Pan de Guajaibón, con 692 metros de altura, entre otros atractivos, incluyen la desembocadura del Los Colorados en el golfo de Batabanó, luego de nacer en la Sierra del Rosario, perteneciente a la Cordillera de Guaniguanico.
Artemisa cuenta con propuestas únicas como el hotel Las Yagrumas, a sólo 22 kilómetros de la ciudad de La Habana y en medio de una rica vegetación boscosa, resguardado por las aguas del río Ariguanabo.
Los amantes de la naturaleza tienen a su disposición el Sendero Las Yagrumas, desde la instalación hasta la llamada Cueva del Cordero con una longitud de dos kilómetros.
El sendero está atravesado por varias cercas de piedra muy antiguas, posiblemente de los siglos XVIII y XIX y que marcaban los límites de hatos y fincas, unido a la opción de apreciar algunos cúmulos de origen no precisado y que pudieran ser también arqueológicamente interesantes.
Asimismo, tiene en su geografía a Soroa, plaza también conocida como el arcoiris de Cuba, con un hermoso salto de agua de 22 metros de altura que constituye una invitación a refrescar en cualquier época del año.
El turismo cuenta en ese sitio con los servicios del Hotel y Villas Soroa, complementado con un agradable microclima, valiosos recursos naturales e histórico-culturales, en especial su diversa flora y fauna silvestre.
En el siglo XVIII se fundaron las villas de San Cristóbal (1743), Bauta (conocida inicialmente como Hoyo Colorado, 1750), Mariel (1768), San Antonio de los Baños (San Antonio Abad, 1775, junto al Río Ariguanabo), Güira de Melena (1779) y Bahía Honda (1779).
Entre los destinos habituales de los esclavos estaban precisamente cafetales similares al de Angerona, localizado en el territorio que hoy ocupa la occidental provincia de La Habana.
Hasta nuestros días llegan importantes restos identificables de la casa de vivienda, el barracón de los esclavos, los almacenes, los secaderos, la torre vigía y seis gigantescos aljibes que forman parte de su sistema hidráulico.
Esa infraestructura es vista como una obra de ingeniería monumental y un exponente de vital importancia en el patrimonio agroindustrial del siglo XIX de la isla.