La mayor de Las Antillas, plaza fuerte para el turismo en el Caribe, extiende las propuestas de ocio hacia zonas donde se localizan numerosos cayos e islotes.
Precisamente en el norte de la provincia cubana de Ciego de Avila se localiza el que es considerado como uno de los destinos de más dinámico crecimiento en el sector turístico del país y que responde al nombre colonial de Jardines del Rey.
La referida zona dispone de una franja de 465 kilómetros y acoge importantes cayos, entre ellos Coco, Guillermo, Paredón Grande, Antón Chico y Media Luna.
En su geografía los visitantes tropiezan con arrecifes, playas vírgenes, lagunas, fondos marinos, barrera coralina y paisajes costeros, entre estos, las dunas.
Su nombre llego de la mano de Diego Velázquez, entre 1513 y 1514, en honor al entonces Rey de España, Fernando el católico.
En la actualidad, se insertan en un destino que acoge más de nueve mil habitaciones en 20 hoteles, de cuatro y cinco estrellas, y una amplia red de unidades extrahoteleras.
La cercanía de una barrera coralina de 400 kilómetros, considerada por los expertos como la segunda en importancia a nivel mundial añade un toque de distinción a la oferta de Jardines del Rey, con las más variadas actividades de buceo para los amantes del submarinismo, en aguas de temperatura agradable y excelente visibilidad.
Además, varios sectores de playa de los cayos Coco y Guillermo, en el litoral norte de Cuba, recibieron un reconocimiento ambiental por el cumplimiento de normas y requisitos para su cuidado y protección.
Las riberas de los hoteles Tryp Cayo Coco, (Playa Larga), Star Fish Cayo Guillermo (Playa El Paso), Meliá Jardines del Rey y Memories Flamenco (Playa Flamenco), ganaron la condición por el uso sostenible del área de baño y las condiciones físicas, químicas y bacteriológicas del agua.
Especialistas del Centro de Investigaciones de Ecosistemas Costeros de Cayo Coco, en conjunto con otros organismos, acometen varios programas, cuyo propósito es contribuir al desarrollo sostenible y a la conservación de las zonas costeras.
Entre las principales tareas destaca el vertimiento de arena a un grupo de playas con cierto grado de erosión, debido a fenómenos atmosféricos ocurrido en los últimos años y a la actividad constructiva en la región.
Asimismo, en aras de salvaguardar las dunas y la vegetación nativa de las costas, toda la red hotelera de la zona dispone de pasarelas para el traslado de los turistas hacia las áreas de baño.
También se localizan las dunas más altas del Caribe, entre ellas Las Lomas del Puerto, en Cayo Coco; y las de Playa Pilar, en Cayo Guillermo, con 15 metros de altura.
Numerosas colonias de flamencos y otras aves migratorias escogen a los mencionados islotes como sitio de escala obligada, situación que el hombre se ha encargado de preservar con la construcción de una infraestructura para el turismo que busca en primer orden respetar el entorno natural.