Sancti Spiritus, conocida antaño como la Villa del Espíritu Santo, llega a los 505 años de vida plena de atractivos para los visitantes llegados desde otros territorios de la isla e incluso el extranjero.
Cuarta entre las siete villas establecidas en la isla por los españoles en el siglo XVI, la urbe encierra valores arquitectónicos, históricos, tradiciones culturales y bellezas naturales, en una combinación atractiva y singular.
El centro histórico urbano -Monumento Nacional- recibió los beneficios de la restauración lo cual eleva su imagen, así como otras áreas y centros de la ciudad, incluyendo fachadas de edificios y viviendas, que fueron también remozados.
Tres estilos constructivos coinciden en la zona colonial de la ciudad, donde se contabilizan más de mil edificaciones con valor arquitectónico a partir de la mampostería y el adobe tradicional.
Hacia el siglo XVIII irrumpe con fuerza el estilo neoclásico, presente en la ornamentación de puertas y ventanas con preciosas rejas de vistosas filigranas, donde los artesanos buscaron cumplir el doble cometido de proteger y a la vez embellecer.
El barroco español está en los amplios portales de las mansiones señoriales de antaño, en una estructura donde la amplia plazoleta con la iglesia al centro reflejaba el diseño clásico de las poblaciones, tendencia que evolucionó hacia un método constructivo adaptado a las condiciones del país.
Fundada por el Adelantado Diego Velázquez de Cuéllar posee un espacio -en la calle Honorato- que recuerda con cinco grandes campanas la historia recorrida desde aquel 4 de junio de 1514 hasta 2014, fecha en que cumplió 500 años.
Cada una de ellas recoge 100 años, es decir la primera abarca de 1514 a 1614 y así sucesivamente hasta completar los cinco siglos de vida de esta urbe.
En su centro se localiza la Iglesia Parroquial Mayor, Monumento Nacional, construida en 1680 y considerada hoy la edificación más antigua de la ciudad.
En la construcción del inmueble, la arquitectura empleada tiene su antecedente artístico en el mudéjar y se afirma que su planta es casi idéntica a la de Villa de Alcor, en Huelva, España.
Destaca el uso de bóvedas de rincón de claustro, arcos fabricados con ladrillos en disposición radial y arcos de descarga, elementos utilizados con gran maestría.
El puente levantado sobre el Río Yayabo es el símbolo patrimonial de la ciudad de Sancti Spíritus, situado al suroeste del centro histórico urbano, en el antiguo Paso de las Carretas y conecta el área histórica con el Barrio de Colón.
Su diseño se asemeja al de un puente medieval porque está hecho de piedra de cantería, formado por cinco arcos que disminuyen su altura a medida que se acerca a las orillas.