El archipiélago cubano, pleno de atractivos para el turismo en los más diversos escenarios, extiende las opciones recreativas a los islotes que conforman el sistema.
En esa dirección destaca Cayo Cruz, integrado en Jardines del Rey, con un área de apenas 26 kilómetros cuadrados, playas de finas arenas y aguas transparentes de tono verde azul.
Además de sus cualidades para el clásico turismo de sol y playa, el escenario se distingue igualmente por sus condiciones geográficas y medioambientales, entre ellas ser refugio de aves migratorias y ubicarse en su cercanía el mayor sitio de nidificación del flamenco rosado del Caribe.
Los planes consideran la edificación de unas 25 mil habitaciones hoteleras en los cayos Cruz, Mégano Grande, Guajaba y Sabinal y ya se trabaja en el primero de ellos.
Precisamente, en ese islote se concentran importantes inversiones, entre ellas una instalación turística de 546 habitaciones, distribuidas en dos zonas con seis bungalows cada una.
Asimismo, un edificio principal y una amplia red de restaurantes, piscinas, bares, ranchones, gimnasios y teatro, entre otros servicios.
Los trabajos comprenden también la infraestructura técnica necesaria para sostener al polo turístico, que requiere de cientos de kilómetros de redes viales, hidráulicas, eléctricas y de comunicaciones.
Unido a ello, se levantan almacenes, bases de transporte, plantas de tratamiento de residuales, tanques para el abasto de agua, lavandería y centros de generación eléctrica.
Un total de 21 kilómetros de playas de excelente calidad están disponibles, lo cual avala los planes de edificar en total 12 mil habitaciones en cinco inmuebles.
Cayo Cruz está unido con tierra firme en la zona de la playa de Jigüey por un pedraplén de más de 40 kilómetros de extensión que atraviesa primero a Cayo Romano antes de arribar a su destino final.
De manera adicional, se levantan otras estructuras, entre ellas un pueblo turístico que contará con servicios de spa, centro de convenciones, casa del habano, varios restaurantes, galería de tiendas, bolera, heladería, sala de fiestas y un pequeño hotel de 60 habitaciones.
En la provincia de Camagüey también se localiza el balneario de Santa Lucía, con 22 kilómetros de playa y la mayor barrera coralina de toda Latinoamérica.
Los visitantes pueden practicar diversas actividades náuticas, además disfrutar de la pesca mar adentro, paseos en embarcaciones, en tanto el buceo resulta otro de los atractivos fundamentales.
En los predios del norte la provincia existen alrededor de 35 puntos de inmersión entre barcos hundidos, de los siglos XIX y XX, en medio de un ambiente de numerosas especies marinas.
De esa forma, cualquier proyecto turístico en la zona encuentra su complemento en los numerosos atractivos de los islotes que conforman el archipiélago.