Pinar del Río, la más occidental de las provincias de Cuba, reúne en su geografía un amplio espectro de atractivos naturales, combinados con excelentes zonas de playa.
Cabe mencionar que cuenta en su territorio con dos lugares declarados como Reserva de la Biosfera por la UNESCO, la Península de Guanahacabibes y parte de la Sierra del Rosario.
Además, un sitio declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO, el Valle Viñales y varias zonas naturales repletas de flora y fauna excelentemente preservadas.
La huella de los primeros pobladores de Cuba se encuentra en la península de Guanahacabibes, el extremo más occidental de la isla, y llamada así por las tribus que antaño se asentaron en esa zona.
Asimismo, edificaciones de siglos pasados aún se erigen, majestuosas, en sus posiciones de la capital provincial, como son los casos de la catedral, levantada en 1883, o el teatro José Jacinto Milanés, centro cultural que data de 1838 y construido en su totalidad de madera.
Además, las mayores formaciones cavernarias de la isla se localizan en la provincia, donde en sitios como la Sierra de los Órganos se encuentran cuevas que atraviesan los mogotes de lado a lado.
Las cavidades de esa formación montañosa contienen importantes depósitos de riquezas desde el punto de vista paleontológico, con fósiles de la fauna pleistocena ya extinguida, algunos de ellos únicos.
Muchas de esas cuevas son de origen fluvial, con rutas superpuestas que constituyen sistemas verdaderamente impresionantes, como es el caso del llamado Santo Tomas, el mayor de la isla al contar con unos 45 kilómetros de galerías exploradas.
Entre los líderes del mundo subterráneo de la isla se localizan en el territorio de la provincia otros dos colosos: los grupos Palmarito-Novillo (con 42 kilómetros de extensión) y Majagua-Canteras (35 kilómetros).
En el Valle de Viñales, los vacacionistas se tropiezan con la Cueva del Indio, redescubierta hacia 1920 y famosa por el hallazgo de restos humanos y objetos de los antiguos habitantes del territorio, además de constituir una opción para las excursiones por el río que la atraviesa para apreciar las formaciones rocosas de su interior.
Grandes pilares de rocas de caprichosas formas nombrados mogotes aportan un toque especial al valle y uno de ellos, el Dos Hermanas, tiene pintado en una de sus laderas el Mural de la Prehistoria, que representa la evolución de los seres vivos.
La mejor zona de playa se localiza en Cayo Levisa, con una exuberante vegetación, abundancia y diversidad de aves, especialmente pelícanos, y espacios dedicados al submarinismo.
En ellos se aprecia un entorno de vastas formaciones coralinas, como la afamada Corona de San Carlos.
Más cerca de la capital, Soroa -conocida también como el arcoíris de Cuba- presenta una imagen única con un hermoso salto de agua de 22 metros de altura que constituye una invitación a refrescar en cualquier época del año.
El atractivo más famoso de ese sitio está en el orquideario, punto obligado para todos los turistas que visitan la provincia, con unas mil 800 especies de esas flores procedentes de todas partes del mundo.