El archipiélago cubano, pleno de atractivos de sol y playa, tiene en las opciones de naturaleza a un elemento que concentra cada vez más la atención de vacacionistas nacionales y foráneos.
Prácticamente la totalidad del territorio de la isla cuenta con características para esa alternativa recreativa, incluso con espacios apenas tocados por la mano del hombre.
En esa dirección destaca precisamente la oriental provincia de Holguín, convertida en un destino turístico marcado por la dinámica expansión de su infraestructura.
Como elemento a destacar en el territorio están los parques nacionales Mensura-Piloto, Pico Cristal y Alejandro de Humboldt, donde se aprecian la fauna y vegetación propia de la provincia.
Entre las propuestas de naturaleza está el sendero Las Tinajitas, el cual facilita la observación de aves endémicas y exóticas de Cuba como el cartacuba, tocororo y negrito.
Ese recorrido está dividido en nueve puntos o estaciones de interés natural como la Cueva y el Mirador, desde la cual se divisa la elevación Silla de Gibara y el Cerro de Yabazón.
Mientras, los practicantes del inmersionismo cuentan con la opción única del Tanque Azul de Caletones, una caverna inundada que tiene además la peculiaridad de encontrarse dentro de la ruta más importante de aves migratorias de la región.
En ese espacio los amantes del buceo pueden sumergirse en un área donde resaltan las estalactitas, estalagmitas, columnas, mantos y vegetación de variada diversidad y belleza.
Entre las propuestas únicas destaca Cayo Naranjo, el cual aporta además la sorpresa de un acuario en medio del mar, situado en la bahía de igual nombre.
Tres decenas de kilómetros de costas con cinco playas naturales, asentamientos arqueológicos, cuevas y cayos vírgenes se integran a una oferta que muestra como complemento una barrera coralina de seis kilómetros de extensión, excelente para la práctica del buceo.
Para los amantes del ecoturismo resaltan los atractivos singulares de las zonas cercanas a Sierra Cristal, donde se localizan exponentes únicos de la flora cubana como palmas, cocoteros, frutas tropicales, helechos y árboles de maderas preciosas.
También se suma Cayo Saetía, a la entrada de la Bahía de Nipe, considerado el mayor coto de caza del país y con amplia existencia de las más variadas especies.
En sus 42 kilómetros cuadrados de extensión, el islote muestra más de la mitad del territorio poblada de bosques, lo cual sirve a su vez de abrigo a una fauna diversa, con venados de cola blanca, cebras y antílopes.
Los visitantes pueden acceder a los puntos más diversos del islote utilizando vehículos adecuados para esos empeños, y en su recorrido se tropiezan con jabalíes, búfalos, avestruces, pavos reales, cebras, tocororos, antílopes, jutías y toros salvajes.