La capital cubana, principal núcleo urbano de la isla e importante destino turístico, acoge un amplio programa de celebraciones de cara a los 500 años de su fundación.
Publicaciones de la más diversa índole dan cuenta de los atractivos de la mayor de Las Antillas, con opciones para todos los gustos de los visitantes.
En fecha reciente, como novedad la revista británica de viajes Time Out publicó una lista de los barrios más atractivos del mundo y en ella La Habana Vieja ocupo la posición 39.
Los editores de la publicación recalcaron que con sus plazas arregladas, edificios irregulares, iglesias barrocas, cafeterías al aire libre, bares geniales, tiendas, galerías y barrios creativos, La Habana Vieja es un lugar que te atrapa y del que te costará salir.
Los criterios de la Time Out destacaron a barrios, zonas y ciudades cuya estrella está en ascenso y en las que los viajeros pueden sentirse como locales, así como descubrir lo mejor del arte, la cultura, la comida y la bebida de la ciudad.
La capital cubana, otrora villa de San Cristóbal de La Habana, es uno de los más fieles exponentes de la arquitectura colonial de la isla, marcada por una notoriedad que comenzó desde fines del siglo XVI, con características propias aunque con una fuerte influencia ibérica.
En el entorno, su sistema de fortalezas, con el emblemático Castillo de Los Tres Reyes del Morro, abarcó nueve grandes construcciones para constituir -a decir de los expertos- el conjunto más notable de su tipo en la América hispana.
Entre esas obras, el Castillo de la Real Fuerza (concluido hacia 1577) abrió el camino en el continente al diseño renacentista en las construcciones militares, con un estilo que predominó en España en época de los Reyes Católicos y fue llamado también isabelino.
Asimismo, cerca de 140 de las edificaciones localizadas en el centro histórico de la capital cuentan con un origen que se remonta a los siglos XVI y XVII, otras 200 al XVIII y más de 460 al XIX, conformando así una mezcla plena de atractivos para los gustos más exigentes.
Decenas de inmuebles de épocas anteriores se localizan en el centro histórico de la urbe, donde también se erige el Capitolio, segundo punto más elevado de la ciudad.
Destinado en sus orígenes como sede del Congreso de la Republica, fue edificado en poco más de tres años, con unos 26 mil metros cuadrados de jardines diseñados por el urbanista francés Jean Claude Forestier, con paseos, aceras, bancadas y un centenar de farolas.
Varias plazas se incluyen en la geografía de La Habana, con especial destaque para aquellas conocidas como de Armas, de la Catedral, la llamada Plaza Vieja y la de San Francisco de Asís, esta última aledaña a la iglesia y el convento de igual nombre.
La ciudad conserva también rasgos distintivos como el famoso Paseo del Prado y la conocida Alameda de Paula, esta última construida en la segunda mitad del siglo XVIII, ambos sitios de obligado tránsito para los pobladores capitalinos de aquellos tiempos.
En los espacios de la ciudad se dan la mano edificaciones que representan desde el renacentismo hasta el art deco, pasando por el mudéjar, barroco, neoclasicismo, eclecticismo, art nouveau y el barroco cubano.
Muchos de los inmuebles y sitios históricos, en perfecto estado de conservación y casi sin mostrar la huella del tiempo en sus fachadas y paredes, abren sus puertas como un destino seguro para los miles de vacacionistas que cada año apuestan por el ocio en la capital de la isla.