El archipiélago cubano, plaza fuerte para el turismo en el Caribe, desarrolla un amplio espectro de propuestas recreativas, que encuentran espacios más allá de la isla principal del archipiélago.
Reservas naturales, de la biosfera, paisajes naturales, parques nacionales y áreas protegidas conforman una extensa red de ofertas, marcada por su riqueza, excelente conservación y características únicas que la distinguen en la región.
Cabe mencionar que el país dispone de unas 200 bahías, dos mil cayos e islotes y 588 kilómetros de playas clasificadas por su importancia turística.
Un interés especial generan las cayerias, en especial el destino Jardines del Rey, considerado entre los más dinámicos en cuanto a crecimiento hotelero del país.
Bajo ese nombre se agrupan varios islotes con potencial turístico, llamado así en honor al rey Fernando el Católico por parte del explorador español Diego Velázquez.
En ese entorno cayo Coco es el principal de la zona, con el complemento que aportan los cayos Guillermo, Paredón Grande y Antón Chico, incluidos en los planes de desarrollo turístico con una potencialidad de hasta 22 mil habitaciones.
El destino cuenta con 38 kilómetros de excelentes playas, aguas cristalinas y fondos bajos, acompañado de más de 200 tipos de aves y una flora con 385 especies, entre ellas 28 endémicas.
En aras de mejorar el entorno para los turistas, se evalúa el vertimiento de arena en sectores de playa de cayo Paredón Grande.
Todo ello se integra en una estrategia se recuperación que ya encontró eco en el 2016 en los balnearios Flamenco, Las Coloradas y Playa Larga, en cayo Coco, así como El Paso, en cayo Guillermo.
En esa última plaza destaca la playa nombrada El Pilar, en honor del yate de igual nombre del famoso novelista norteamericano Ernest Hemingway.
La zona tiene además como elemento característico propio la existencia de dunas de arena de hasta 16 metros de altura.
En efecto, la mencionada playa es considerada entre las mejores del archipiélago cubano, avalada por la calidad y anchura de su franja de arena, unido a las cristalinas aguas del mar.
La cercanía de una barrera coralina de 400 kilómetros, considerada por los expertos como la segunda en importancia a nivel mundial -después de la australiana- añade un toque de distinción a la oferta de Jardines del Rey, con las más variadas actividades de buceo para los amantes del submarinismo, en aguas de temperatura agradable y excelente visibilidad.
En las inmediaciones submarinas esperan más de 30 sitios de buceo y las inmersiones incluyen barreras de arrecife, bancos de esponjas y gorgonias, túneles y cuevas donde podrán observarse variadas especies de la fauna.
Las excelentes condiciones para los deportes náuticos se complementan con una variada oferta en medios para la pesca, el paseo y la contemplación, así como con el alto grado de conservación que presentan los ecosistemas marítimos y terrestres del área.
No obstante, el predominio corresponde a la vegetación costera, el silencio del mar y el calor del sol, todo ello combinado en una mezcla perfecta para el descanso activo de los vacacionistas, que acuden cada vez en un número mayor a este territorio.