El archipiélago cubano, pleno de atractivos para el turismo y con destaque en la región del Caribe, ostenta una infraestructura capaz de enfrentar con éxito las más diversas adversidades.
A los fenómenos naturales de los últimos años se suman eventos globales como la pandemia de la Covid-19 que impacto con fuerza en la industria del ocio en todos los destinos del planeta.
En efecto, el necesario distanciamiento social llevo al cierre temporal de la actividad turístico, como parte de las acciones para frenar la expansión del nuevo coronavirus.
En el caso de Cuba, la estrategia de contención sumo también a todas las estructuras del turismo, incluso con la suspensión de operaciones en varios hoteles y el diseño de opciones a favor del mercado interno, para de esa forma minimizar el efecto económico negativo.
La industria cubana del turismo promueve la presencia de compañías extranjeras con vistas a aprovechar su experiencia y el conocimiento del mercado internacional.
El nuevo esquema de inversiones permite a empresas foráneas que operan o les interesa administrar instalaciones turísticas en el país la opción de negociar mayores facilidades contractuales con las propietarias cubanas, con vistas a recuperar su inversión en menor plazo.
Además, la mayor de Las Antillas tiene en las propuestas de sol y playa uno de los atractivos más fuertes, con decenas de kilómetros de excelentes playas, aguas cálidas y transparentes.
Unido a ello, está la creciente presencia del sector no estatal, donde las agencias de viajes tienen firmados contratos con dos mil arrendadores privados, 400 restaurantes y 900 transportistas.
La modalidad predominante en la rama hotelera es la de contratos de administración y comercialización con compañías de reconocido prestigio internacional.
Una decana de las compañías presentes en Cuba son de origen español, y gestionan hasta el 70 por ciento de los hoteles que operan bajo régimen de administración extranjera.
Las restantes empresas tienen sus sedes en Canadá, Francia, Singapur, Indonesia, Italia, Estados Unidos, India, México y Suiza.
El liderazgo corresponde a Meliá Hotels International, con 37 instalaciones, de ellas 11 en Varadero, principal destino de sol y playa de la isla.
La también española Iberostar Hotels and Resorts es segunda con 25 y la canadiense Blue Diamond Hotels and Resorts marcha tercera al gestionar 17 establecimientos.
El 65 por ciento de los hoteles bajo contratos de administración responden al producto sol y playa, y hasta el 35 por ciento, al de ciudad.
Varadero, La Habana, Cayos de Villa Clara y Jardines del Rey concentran el 77 por ciento, el resto se ubica en la costa norte de Holguín, Gibara, Santiago de Cuba, Trinidad, Cienfuegos, Camagüey, Cayo Largo del Sur y Jibacoa.
El turismo está presente en más de un centenar de polos de desarrollo ya identificados, con un potencial cercano a las 400 mil habitaciones, si bien en la práctica solo existe el 17 por ciento de esa cifra.
Las propuestas de opciones para la recreación y el descanso en la isla se apoyan en la existencia de incontables riquezas de carácter natural, histórico y cultural, con lo cual extienden su influencia a todo el territorio del archipiélago.