La mayor de Las Antillas, beneficiada con una ubicación geográfica que la convirtió siglos atrás en la llamada "llave del Caribe", complementa ese atractivo con un clima tropical que convierte casi en imprescindible el disfrute de un refrescante baño de mar.
Aunque la temperatura media en Cuba oscila en torno a los 24,6 grados centígrados, la llegada del verano constituye el detonante de una masiva afluencia de vacacionistas, nacionales y foráneos, hacia las excelentes playas de blancas arenas y transparentes aguas que abundan por doquier en la isla.
Esa época del año es precisamente la preferida por los cubanos para el descanso, en coincidencia con las vacaciones escolares y laborales en muchas partes del país, a lo cual se suman festividades de la mas variada índole para complementar una oferta capaz de responder a todos los gustos.
Los meses de julio y agosto, los más calurosos en el clima de Cuba, están cargados de actividades en las esferas del deporte, la cultura y la vida social en general, e incluso para aquellos que prefieren permanecer en sus casas también existe la opción de una programación televisiva especial.
Pero la mayoría apuesta por el contacto directo con el entorno, y muchos visitantes refrescan en las horas de temperaturas altas en cualquiera de las playas del país, para dejar la noche a las mas variadas celebraciones en una nación donde la música y el baile están por doquier.
En ese periodo se celebran cada año las tradicionales fiestas de carnaval en la capital, con el desfile de carrozas y comparsas por el Malecón habanero, mientras los amantes del jolgorio acuden a una buena cerveza bien fría para intentar mitigar los efectos del trópico.
Pero ese tipo de tradición va mas allá de la principal ciudad cubana, pues ya en la oriental Santiago de Cuba la denominada Fiesta del Fuego reúne cada año a los mejores exponentes de la cultura del Caribe, además de contar con su versión del carnaval.
Asimismo, en Camagüey las celebraciones se realizan bajo el nombre de las Fiestas de San Juan, mientras en la villa de Remedios tienen lugar las históricas Parrandas y para Bejucal (en la provincia de La Habana) quedan las Charangas, todas ellas devenidas muestras únicas de cubanía.
El verano es también la época de los planes, desde encuentros entre amigos hasta visitas a las salas de cine, teatro y espectáculos nocturnos en plazas de primera línea como el famoso cabaret Tropicana, o simplemente andar por las calles de las principales urbes de la isla y disfrutar de una agradable vida nocturna.
También muchos visitantes aprovechan la época para refugiarse en el frescor que brindan los numerosos centros dedicados al culto de la gastronomía cubana e internacional, donde a disposición de los clientes están las ofertas más relevantes de la historia culinaria del país caribeño.
Por todo ello, miles de vacacionistas foráneos acuden cada año a la mayor de Las Antillas en la época de verano, pues consideran que es una oportunidad única para conocer varias de las celebraciones más relevantes de la cultura popular cubana, además de sentir en carne propia el calor de la naturaleza y el que emana de los pobladores de la isla.