La provincia cubana de Cienfuegos, ubicada en la porción central de la mayor de Las Antillas, cuenta entre sus atractivos con el complejo portuario más importante de la costa sur de la isla, apoyado en una bahía de aguas tranquilas.
Ideal para la práctica de deportes náuticos, la Bahía de Jagua fue descubierta por el almirante Cristóbal Colón en 1494 durante su segundo viaje al país caribeño y cuenta con una superficie aproximada de 88 kilómetros cuadrados.
La rada cienfueguera esta considerada como de enorme potencial, con una pista acuática de características únicas para los campeonatos mundiales de lanchas rápidas Formula T-1, verdaderos bólidos de singular atracción para el turismo.
Este tipo de evento, organizado por primera vez en 1997, constituye una verdadera fiesta para visitantes foráneos y habitantes de la ciudad, con una variada programación que incluye el desfile de las lanchas participantes por el Paseo del Prado de la ciudad.
Las embarcaciones del tipo Fórmula T-1 utilizadas en estas lides tienen como característica sus 16 pies de largo por 86 pulgadas de ancho, dos quillas, motor fuera de borda y un peso cercano a las 400 libras, pues son construidas de aluminio, fibra de vidrio o carbono, entre otros materiales.
Los pilotos de las lanchas, procedentes en lo fundamental de Estados Unidos, México, España, Colombia y Costa Rica -muchos de ellos de reiterada presencia en la lid- complementan el atractivo con su vestimenta de colores fluorescentes, trajes contra el fuego y cascos protectores.
El ir y venir de los bólidos acuáticos cuenta con el respaldo de las facilidades existentes en la Marina Puertosol Cienfuegos, ubicada en el barrio residencial y turístico de Punta Gorda, con decenas de puntos de atraque para embarcaciones y servicios de agua potable, combustible, electricidad, seguridad y aduana.
Como solitario centinela de las aguas se levanta la fortaleza de Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua, concluida en 1745, calificada como un sólido exponente de la arquitectura militar del siglo XVIII en Cuba.
Al fundarse era la única construcción de su tipo con que contaba el centro de la isla para vigilar el Mar Caribe de los ataques de corsarios y piratas, además de acoger en 1762 al mando militar español durante la ocupación inglesa del país.
El Castillo de Jagua tiene su origen en un proyecto del ingeniero militar José Tantete, quien erigió esa sólida construcción en piedra, de estructura cúbica, con dos niveles, un puente levadizo y una garita abovedada.
Durante su centenaria existencia, jugo un papel destacado en el enfrentamiento a piratas de la talla de Francis Drake, Jacques de Sores, Guillermo Bruce y Lorenzo Craff, entre otros, verdaderos azotes del Caribe en siglos pasados.
Por todos esos elementos, Cienfuegos esta en condiciones de incursionar en la industria turística con un producto peculiar, cuyos encantos llevan a los vacacionistas a detenerse en su tránsito hacia destinos como la villa colonial de Trinidad.