El Parque Baconao, localizado en la oriental provincia cubana de Santiago de Cuba, figura hoy como una fórmula perfecta para los amantes del ocio en combinación con los atractivos de una naturaleza bien conservada.
El mar y la montaña se unen con la leyenda en una oferta imposible de rechazar por aquellos que escogieron a esta porción del archipiélago como punto de destino para el descanso tras una temporada de trabajo agotador.
Las tradiciones de Baconao se remontan a la época del descubrimiento, donde precisamente el nombre del sitio se relaciona con el de un pequeño aborígen perteneciente a una de las tribus precolombinas que se asentaban en la zona.
La historia menciona a un árbol mágico llamado bacona, el cual lanzó su hechizo sobre ese indígena y le permitió desde ese momento sacar música de los caracoles de la laguna, don que pasó a los árboles de los alrededores a la muerte del muchacho.
Las opciones que brinda el parque incluyen la posibilidad de conocer el típico ambiente rural (campesino) de la región, el cual abarca los detalles mas mínimos, desde la vivienda -el popular bohío- hasta el mobiliario, donde no faltan los taburetes.
Todo ello se complementa con recorridos a caballos por el área de la instalación, en estrecho contacto con la naturaleza y que contiene además ruinas de la antigua presencia de franceses en la zona, reflejada en sus cafetales.
Restos de secaderos, despulpadoras del grano, mansiones e incluso un cementerio colonial se localizan en el territorio, como parte de un entorno cargado de historia y misterio.
Baconao encierra asimismo la particularidad de contar con un acuario, el cual permite el conocimiento de la fauna marina del Caribe en sus estanques, túneles y todo aquello necesario para el disfrute de las especies que alli viven.
Delfines y focas completan las delicias de grandes y chicos con sus travesuras y habilidades, en una especie de pausa a la vez necesaria y refrescante, con un túnel de 30 metros bajo el mar donde los visitantes observan a las especies en su propio hábitat.
Las facilidades de Baconao incluyen asimismo singularidades como el Museo del Transporte Terrestre, donde se localizan mas de dos mil vehículos en miniatura junto a una exhibición de autos antiguos a tamaño real.
La fauna antigua también tiene su lugar en el territorio del parque, en especial en el llamado Valle de la Prehistoria, donde los visitantes pueden observar réplicas de especies de esa época elaborados en piedra a escala natural.
A todo lo anterior se suma la oferta de la gastronomía tradicional cubana, con platos típicos como el cerdo asado en púa y acompanado del llamado congri oriental (arroz con frijoles negros), con el cierre de un delicioso café molido y colado a la manera antigua.
Las sombras de los antiguos habitantes de la isla se reflejan ahora en la reproducción de una aldea taína junto a la laguna Baconao, donde además los vacacionistas son recibidos en un restaurante que tiene como especialidad los mariscos y se acompañan con la música del famoso órgano oriental.
Para completar la mezcla, varias instalaciones hoteleras -entre ellas el Hotel Bucanero y el Club Amigo Carisol Los Corales- ofrecen refugio seguro a los turistas y contribuyen a llenar el vacío, si es que realmente queda alguno una vez que finalizan las jornadas de paseo por Baconao.