La mayor de Las Antillas, destino turístico por excelencia en el Caribe, tiene en su capital a una de las 21 urbes que optan por el título de Ciudad Maravilla del Mundo.
Otrora villa de San Cristóbal de La Habana, la urbe es uno de los más fieles exponentes de la arquitectura colonial de la isla, marcada por una notoriedad que comenzó desde fines del siglo XVI, con características propias aunque con una fuerte influencia ibérica.
Ahora se incluye entre las finalistas que aportarán a las siete ganadoras de la referida condición.
Según los especialistas, las ciudades seleccionadas destacan por su diversidad, remarcable en términos de geografía regional y cultura urbana.
Las condiciones están dadas en la urbe, la cual cuenta con plazas como la de Armas, de la Catedral, la llamada Plaza Vieja y la de San Francisco de Asís, esta última aledaña a la iglesia y el convento de igual nombre.
La ciudad conserva también rasgos distintivos como el famoso Paseo del Prado y la conocida Alameda de Paula, esta última construida en la segunda mitad del siglo XVIII, ambos sitios de obligado tránsito para los pobladores capitalinos de aquellos tiempos.
En sus espacios se dan la mano edificaciones que representan desde el renacentismo hasta el art deco, pasando por el mudéjar, barroco, neoclasicismo, eclecticismo, art nouveau y el barroco cubano.
Su sistema de fortalezas, con el emblemático Castillo de Los Tres Reyes del Morro, abarcó nueve grandes construcciones para constituir –a decir de los expertos– el conjunto más notable de su tipo en la América hispana.
Entre esas obras, el Castillo de la Real Fuerza (concluido hacia 1577) abrió el camino en el continente al diseño renacentista en las construcciones militares, con un estilo que predominó en España en época de los Reyes Católicos y fue llamado también isabelino.
Cerca de 140 de las edificaciones localizadas en el centro histórico de la capital cuentan con un origen que se remonta a los siglos XVI y XVII, otras 200 al XVIII y más de 460 al XIX, conformando así una mezcla plena de atractivos para los gustos más exigentes.
Unido a ello, su centro histórico acoge varios establecimientos turísticos de pequeño formato operados por la compañía HABAGUANEX S.A., los cuales toman la experiencia de los albergues al estilo español y sirven de complemento perfecto a la industria del ocio en la isla.
Precisamente, con un número reducido de habitaciones, brindan un toque de intimidad y sencillez que los coloca rápidamente en la preferencia de los visitantes.
El surgimiento de este tipo de edificación, junto a los gigantes de la hotelería con centenares de habitaciones, apunta al rescate de una tradición de siglos anteriores, cuando eran precisamente los encargados de satisfacer las necesidades de alojamiento de las grandes ciudades.
La mayor de Las Antillas, destino turístico por excelencia en el Caribe, tiene en su capital a una de las 21 urbes que optan por el título de Ciudad Maravilla del Mundo.
Otrora villa de San Cristóbal de La Habana, la urbe es uno de los más fieles exponentes de la arquitectura colonial de la isla, marcada por una notoriedad que comenzó desde fines del siglo XVI, con características propias aunque con una fuerte influencia ibérica.
Ahora se incluye entre las finalistas que aportarán a las siete ganadoras de la referida condición.
Según los especialistas, las ciudades seleccionadas destacan por su diversidad, remarcable en términos de geografía regional y cultura urbana.
Las condiciones están dadas en la urbe, la cual cuenta con plazas como la de Armas, de la Catedral, la llamada Plaza Vieja y la de San Francisco de Asís, esta última aledaña a la iglesia y el convento de igual nombre.
La ciudad conserva también rasgos distintivos como el famoso Paseo del Prado y la conocida Alameda de Paula, esta última construida en la segunda mitad del siglo XVIII, ambos sitios de obligado tránsito para los pobladores capitalinos de aquellos tiempos.
En sus espacios se dan la mano edificaciones que representan desde el renacentismo hasta el art deco, pasando por el mudéjar, barroco, neoclasicismo, eclecticismo, art nouveau y el barroco cubano.
Su sistema de fortalezas, con el emblemático Castillo de Los Tres Reyes del Morro, abarcó nueve grandes construcciones para constituir –a decir de los expertos– el conjunto más notable de su tipo en la América hispana.
Entre esas obras, el Castillo de la Real Fuerza (concluido hacia 1577) abrió el camino en el continente al diseño renacentista en las construcciones militares, con un estilo que predominó en España en época de los Reyes Católicos y fue llamado también isabelino.
Cerca de 140 de las edificaciones localizadas en el centro histórico de la capital cuentan con un origen que se remonta a los siglos XVI y XVII, otras 200 al XVIII y más de 460 al XIX, conformando así una mezcla plena de atractivos para los gustos más exigentes.
Unido a ello, su centro histórico acoge varios establecimientos turísticos de pequeño formato operados por la compañía HABAGUANEX S.A., los cuales toman la experiencia de los albergues al estilo español y sirven de complemento perfecto a la industria del ocio en la isla.
Precisamente, con un número reducido de habitaciones, brindan un toque de intimidad y sencillez que los coloca rápidamente en la preferencia de los visitantes.
El surgimiento de este tipo de edificación, junto a los gigantes de la hotelería con centenares de habitaciones, apunta al rescate de una tradición de siglos anteriores, cuando eran precisamente los encargados de satisfacer las necesidades de alojamiento de las grandes ciudades.