La mayor de Las Antillas, plena de atractivos para la industria del ocio, tiene en las propuestas de naturaleza una de las opciones de mayor interés para los visitantes gracias a la riqueza del archipiélago en esa materia.
El escenario natural cubano, con un elevado nivel de endemismo, se combina con centenares de kilómetros de excelentes playas – de blancas arenas y claras aguas – y programas de turismo cultural, histórico y de salud.
La industria cubana del ocio, orientada en un inicio casi en exclusiva a una oferta tradicional, amplía sus horizontes con opciones novedosas como el ecoturismo y la vinculación de la actividad con la calidad de vida de los visitantes.
A ese propósito se destinan numerosas instalaciones de salud existentes en el país, hoteles especializados en diversos tratamientos y balnearios de aguas medicinales para diversas aplicaciones.
Precisamente, esos últimos califican entre las opciones preferidas por vacacionistas procedentes de naciones de América y Europa, interesados en combinar el ocio con la calidad de vida.
Unido a ello, reservas naturales, de la biosfera, paisajes naturales, parques nacionales y áreas protegidas conforman una extensa red de ofertas, marcada por su riqueza, excelente conservación y características únicas que la distinguen en la región.
Esas propuestas se complementan con las alternativas que ofrecen los núcleos urbanos distribuidos en todo el territorio nacional, donde resalta la herencia arquitectónica aportada por la presencia española y bajo la influencia europea de años posteriores a la época de la colonia.
En ese escenario destaca precisamente la capital cubana, otrora villa de San Cristóbal de La Habana, que representa en la actualidad un singular museo viviente de los más diversos estilos constructivos, reflejo de las etapas de desarrollo por las cuales atravesó la histórica urbe.
Su sistema de fortalezas, con el emblemático Castillo de Los Tres Reyes del Morro, abarcó nueve grandes construcciones para constituir –a decir de los expertos– el conjunto más notable de su tipo en la América hispana.
Cerca de 140 de las edificaciones localizadas en el centro histórico de la capital cuentan con un origen que se remonta a los siglos XVI y XVII, otras 200 al XVIII y más de 460 al XIX, conformando así una mezcla plena de atractivos para los gustos más exigentes.
Numerosas plazas se localizan en la geografía de La Habana, con especial destaque para aquellas conocidas como de Armas, de la Catedral, la llamada Plaza Vieja y la de San Francisco de Asís, esta última aledaña a la iglesia y el convento de igual nombre.
En el oriente figura otro de esos lugares bajo el nombre original de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, fundada entre 1511 y 1512 por el Adelantado Diego Velázquez, y que llegó a ser además la primera capital y primer obispado de la ínsula.