Descripción |
Fue la ultima de las principales plazas en formarse. En la segunda mitad del siglo XVI, algunos vecinos construyeron aquí sus viviendas llamándoles de la cienaga, porque ha ella llegaban las aguas que corrían a lo largo de la villa para desembocar al mar. Por esa razón el primer acueducto que tuvo la Habana, la zanja real, desaguaba por el boquete abierto en un muro de la plaza espacio hoy conocido como Callejón del Chorro, señalado por una lapida conmemorativa.
En el siglo XVIII se fue transformando en uno de los centros fundamentales de la ciudad, familias selectas de la sociedad habanera de entonces fabricaron mansiones que aun perduran.
Su aspecto cambio totalmente, su nombre también convirtiéndose en Plaza de la Catedral, después que fue elevada a este rango la antigua iglesia de la compañía de Jesús que sobresale en uno de sus extremos.
En el siglo XX se hicieron en la plaza y sus construcciones algunos trabajos de restauración tomándose en cuenta el proyecto del urbanista francés Portier a quien se debe el rosetón en el pavimento.
La Plaza de la Catedral es un sitio acogedor y monumental, indisoluble al alma habanera. |
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