Descripción |
Desde 1744 pertenecía a la familia Peñalver. Tuvo después diferentes propietarios que la modificaron notablemente. Las pinturas murales y su riqueza arqueológica constituyen un tesoro de la ciudad. El empeño del pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín permitió su rescate en 1990. Allí puede visitarse el inmueble y se comercializan obras del maestro, sus diseños de joyería y elementos decorativos. |
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